Uso de las TIC's en la educación ante el COVID 19

El uso de las nuevas tecnologías en la enseñanza se ha acelerado en los últimos tres años como consecuencia del cierre de los centros educativos debido a la alerta sanitaria provocada por el COVID-19.

Las clases en directo han sido suplantadas por sus equivalentes virtuales, las consultas por chat han sustituido a las preguntas en el aula y los deberes han pasado del papel a los trabajos compartidos en la red.

Beneficios y retos de las TICs

La aplicación de la tecnología en la educación beneficia el aprendizaje académico. Por un lado, aumenta el compromiso y la motivación de los estudiantes. Por otro, fomenta la iniciativa y la innovación, al tiempo que favorece la cooperación de los estudiantes.

Estos recursos son especialmente cruciales para la escolarización durante la adolescencia, cuando los estudiantes pueden tener problemas de motivación y falta de concentración. Las TICs se transforman en un canal de comunicación e información para estos nativos digitales, abriendo la puerta a un aprendizaje atractivo y motivador e impulsando su participación en el aula.

Además del aprendizaje académico, las TICs también ayudan a los estudiantes a adquirir competencias transversales como la comunicación interpersonal, el trabajo en equipo o la creatividad, lo que aumenta su participación en clase y elimina posibles obstáculos a la integración.

¿Cómo se están adaptando los educadores al nuevo panorama tecnológico? 

A muchos profesores les puede resultar difícil adaptar sus clases a esta nueva forma de enseñar porque se sienten menos cómodos con las TICs. Aunque a veces esta adaptación es difícil y exige mucho trabajo y atención por parte de los instructores, la solución reside en aquello en lo que son tan expertos: la formación.

La formación es esencial en este cambio de paradigmas sociales, ya que los profesores deben estar aprendiendo constantemente para poder instruir a los alumnos. Este puede ser el secreto de la adaptación.